El interior de un coche puede alcanzar los 50 grados centígrados si se deja al sol durante una hora en verano. En los momentos centrales del día, en dos horas un automóvil al sol puede alcanzar casi los 60 grados cuando en el exterior la temperatura es de 32 grados.
Además, el calor no solo puede afectar a los pasajeros del coche, sino también al propio vehículo. Según recoge en un comunicado la empresa de renting y gestión de flotas ALD Automotive, cuando la temperatura supera los 40 grados, aumenta la intensidad de evaporación del aceite del motor del coche, por lo que es importante revisar el nivel para que el sistema no pierda eficacia.
Las altas temperaturas hacen que los neumáticos se dilaten más, por lo que es recomendable llevarlos con la presión mínima establecida, con el fin de evitar pinchazos. También cabe verificar el nivel de líquido refrigerante del motor, para evitar que este se caliente el mismo.
Así pues, con el fin de prevenir percances en la carretera, sobre todo a las puertas de la operación salida de vacaciones y del aumento de desplazamientos previsto para las próximas semanas lo mejor es tener a punto nuestro coche con una revisión en nuestro InterTaller más cercano.
¿Qué revisar?
- Nivel de aceite: cuando la temperatura supera los 40 grados, aumenta la intensidad de evaporación, por lo que es importante revisar el nivel para que el sistema no pierda eficacia.
- Dilatación de los neumáticos: con el calor, el aire de los neumáticos tiende a dilatarse, por lo que es importante llevarlos con la presión mínima recomendada en estos meses, con el fin de evitar pinchazos.
- Temperatura del motor: es importante verificar el nivel del líquido de refrigeración para evitar que el motor se recaliente más de lo normal durante los viajes, pues una temperatura excesivamente elevada puede incrementar la pérdida de potencia en el motor hasta en un 15%.
- Sistema de climatización: con temperaturas extremadamente altas en el exterior, el sistema tiene que trabajar al máximo y forzarlo sin estar a punto podría aumentar el riesgo de fallos. Asimismo, antes de poner el sistema en marcha, se recomienda igualar la temperatura exterior e interior para evitar sobrecargas de uso. En este sentido, cuando se para el vehículo, es importante apagarlo, ya que puede descargarse la batería.
- Líquido de frenos: es importante comprobar su estado y nivel, pues es muy sensible a la temperatura y podría provocar una pérdida de eficacia a la hora de frenar.
Atención a los conductores
Además de poner a punto el vehículo, el conductor también tiene que estar preparado para hacer frente al calor extremo en sus desplazamientos, así como conocer una serie de recomendaciones para facilitar la conducción con temperaturas altas.
- Bebe agua y evita comidas copiosas: con las temperaturas altas aumenta el riesgo de somnolencia y deshidratación, hasta el punto de que puede provocar los mismos efectos que el estado de embriaguez, por eso es necesario beber agua, evitar comidas pesadas y mantener una temperatura fresca del habitáculo.
- Evita las horas centrales: siempre que sea posible, es recomendable conducir en los momentos menos calurosos del día, evitando el mediodía y, si puede ser, sin que el sol dé de cara al conductor, ya que se limita mucho la visibilidad.
- Aparca a la sombra: a la hora de estacionar el vehículo es importante buscar la sombra. Además de que el calor extremo daña la carrocería, el interior también sufre las consecuencias de estas temperaturas. Además, a la hora de volver a arrancar el vehículo, el conductor tendrá que invertir menos tiempo en adecuar la temperatura si el vehículo estaba a la sombra.