El domingo 22 de octubre del año pasado, Miguel Acuña (quien ha sido un rostro reconocido en la televisión chilena durante 19 años), protagonizó un incidente que marcó un punto de inflexión en su carrera. Conduciendo en estado de ebriedad, atropelló a cuatro personas en la localidad de Lampa, entre ellas un niño de 13 años.
Según informes policiales, el periodista arrojó 1,8 gramos de alcohol en la sangre en el alcotest realizado tras el accidente.Al día siguiente del suceso, Acuña fue formalizado por los delitos de conducción en estado de ebriedad con resultado de lesiones leves, menos graves y graves. El tribunal dictaminó que Acuña quedara con firma mensual y retención de licencia, mientras se fijaban 60 días de investigación.
La respuesta del periodista no se hizo esperar. A través de un comunicado publicado en su cuenta de Instagram, Acuña ofreció disculpas públicas, reconociendo el error cometido y el daño causado a las personas afectadas y a quienes confiaron en su persona y trabajo a lo largo de los años. Además, mencionó problemas de salud mental y anunció que estaba recibiendo ayuda profesional médica.
Sin embargo, la situación laboral de Acuña también sufrió un revés. Aunque la estación privada había mantenido al periodista "congelado" desde el incidente, recientemente se anunció su despido, bajo el pretexto de una "reestructuración". Este despido se suma a las repercusiones legales y personales que enfrenta Acuña tras el accidente, marcando un nuevo capítulo en la vida del reconocido periodista.